9 de mayo de 2008

ReseñaTV: Shark (1ª temporada)

Cadena de emisión en EEUU: CBS
Año: 2006 (septiembre).
Creador: Ian Biederman
Número de Episodios: 22
Duración: 42 minutos aprox.

Reseña:

Desde el repentino éxito que cosechó la serie de "House" en nuestro país, era de esperar que alguna cadena de televisión buscara un revulsivo parecido para paliar el éxito de uno de los médicos de ficción más conocidos de los últimos años. Debido a ello, se nos vendió que la serie de Shark sería capaz de igualar (e incluso superar) el nivel de House M.D. Las diferencias, en el papel, eran que el protagonista sería un fiscal y no un médico y que éste sería un hombre millonario codeándose con los más conocidos y respetables ciudadanos de Los Ángeles.

Después de ver los primeros capítulos confirmé una de mis sosprechas: en realidad no es que nos vendieran a Jonathan Stark como un House abogado, en realidad sí que los dos personajes protagonistas guardaban tantas similitudes que era inevitable pensar que para la creación del primero se habían basado libremente en el segundo. Incluso parte del equipo de fiscales que trabajan a las órdenes del "Tiburón" cumplen con el cliché de cada uno de los médicos que acompañan al tullido genio House. De esta forma tendríamos a la atractiva chica que se esforzaba por superarse día a día, a la mujer negra que se oponía a menudo a la dudosa moral de su jefe y al chico guapo que sólo intenta caerle bien a Stark y cumplir sus órdenes al pie de la letra. El ego del protagonista, así como la complicidad que llega a experimentar con su jefa son dos factores que acercan mucho más al brillante abogado a ser una mera copia a un personaje original, fresco y nuevo.

Como decía, en los primeros capítulos los casos no gozan de mucha profundidad: un asesinato muy sonado en los medio de comunicación, la fiscalía encuentra al asesino y reúne las pruebas necesarias para condenarlo por su delito. Todos los secundarios (sin un potencial evidente, pero explotable al fin y al cabo) permanecen a la sombra de modo que la serie se basa simplemente en mostrar los pasos de Stark y su pericia a la hora de demostrar la culpabilidad de sus acusados. Pero es a partir de poco antes de cumplir el ecuador de la serie cuando los giros de guión dejan de estar centrados en la persona de Stark para pasar a centrarse en aspectos de diversa índole como el abogado defensor que le toque como rival en el episodio de turno, o la aparición de una prueba que haga cambiar la teoría de la acusación. Empezaremos a ser testigos de episodios con historias realmente entretenidas y buenas en los que la continuidad no es un factor imprescindible a la hora de hacerlos. Así, puede que halla un cambio importante en el equipo de Stark que pudiera hacer muchísimo más emotiva la serie, dar un golpe de efecto en la conducta de muchos personajes o incluso, de haberse planteado de otra forma, dar pie a una investigación... pero es desaprovechado y sólo recordado de pasada en un par de ocasiones después de que sucediera tal evento.

Creo que uno de los factores más importantes por los cuales haya triunfado la seie de una forma tan rotunda como lo ha hecho no es que el protagonista tenga un carisma tan marcado como el del doctor House, sino que nunca es imprescindible haber visto el capítulo anterior para enterarse del actual. Ningún detalle será mencionado de casos anteriores salvo contadas excepciones. Y la convivencia entre compañeros de trabajo no da lugar a numerosas nuevas líneas argumentales abiertas, sino que se quedan estancadas sin progresar lo más mínimo desde el punto de partida. De hecho, hay dos temas que se van intercalando entre los casos y que tienen mucha importancia en la vida privada de Stark: la reelección por la que lucha su jefa Jessica Devlin (que se resuelve casi al final de esta primera temporada); y la relación padre-hija entre éste y Julie. Precisamente, el personaje de la hija del protagonista es un factor que humaniza al endiosado y ególatra fiscal, pero que me ha aburrido en sobremanera igual que lo hacen casi todos los temas adolescentes de las series estadounidenses. La hija de Stark y su comportamiento me han resultado tan cargantes que casi he llegado a detestarla.

Una de las excepciones en las cuales sí se continúa con los hechos pasados es, además, uno de los mayores aciertos del equipo de guionistas de la serie. Haber elegido a un psicópata asesino múltiple como la némesis de Stark en vez de a un abogado defensor (como cabría esperar) y que éste le ponga en jaque al menos una vez, es una decisión que no puedo más que aplaudir. Cuando Stark no sólo ve amenazada su astucia en el trabajo, ni su capacidad de culpabilizar y encontrar pruebas para los casos en los que trabaja, sino que también ve amenazada su vida y la de su propia hija es cuando tenemos la sensación de una historia un poco mejor desarollada que en ocasiones anteriores. Tanto es así que el capítulo final de la serie trata de un enfrentamiento entre un personaje y otro.

Concluyendo: James Woods da vida a un personaje ya inventado pero al que se le han agregado una serie de matices que lo diferencian de lo que ya conocíamos y protagoniza una serie de abogados en la que se intercambian capítulos muy interesantes como el del asesinato de la mujer del juez; el caso en el que se ve envuelto un viejo amigo de Stark; o las dos partes de "El Mundo de Wayne". La serie mejora hacia el final, cuando deja de dar la sensación de que no es sólo un experimento sino una propuesta en firme de una serie de abogados. Pero que nadie espere nada fuera de lo común porque no va a encontrar, en esta temporada al menos, una serie que será recordada a lo largo de los años.

6/10

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