26 de agosto de 2008

Reseña: JSA Clasificado #6

Tu tienda de cómics en Ciudad Real

Título en España: JSA Clasificado #6: Al caer la noche
Título en EEUU: JSA: Classified nº 23 & JSA: Classified nº 24 & JSA: Classified nº 25 & JSA: Classified nº 26 & JSA: Classified nº 27
Formato: Comic Book 128 páginas
Precio: 9.95 €
Editorial: Planeta DeAgostini

Reseña:

Volvemos a lo que estábamos acostumbrados después del atípico (en cuanto a números que contenía, no al contenido argumental en sí) número anterior. Cinco nuevos números USA en el sexto tomo de una colección que se complementa muy bien con la serie regular en grapa de la JSA y que ofrece una serie de retazos que, como mínimo, a mí me interesan bastante. De hecho, hacen que siga enganchado a esta serie a pesar de la constante rotación de equipos artísticos y el desnivel existente entre unas historias y otras.

Precisamente ésa es una de las características principales de este sexto volumen: la rotación de dibujantes y guionistas con cada arco argumental y la diferencia de calidad que hay entre las historias de unos y otros. Para tratarse de un tomo que sólo recoge cinco números, tenemos tres historias, dos de ellas de 48 páginas y una tercera (curiosamente, enmarcada entre las dos anteriores) de escasas 24 páginas. Cada una de ellas está escrita por un guionista diferente, y cada una de ellas versa sobre un miembro distinto de la Sociedad de la Justicia de América. Así que tendremos al Doctor Medianoche, el cual repite después de pasarse por esta misma colección en el tomo número 4; a Alan Scott, el primer Green Lantern; y al veterano luchador Wildcat. Tres aventuras en solitario de tres héroes fácilmente reconocibles para todo aquél seguidor, no sólo de la serie regular de la JSA, sino del Universo DC en general.

El tomo arranca con "Al caer la noche", la historia de Pieter Anton Cross, más conocido como el Doctor Medianoche, que da nombre al tomo en su portada. Todo transcurre en Portsmouth City, la ciudad de la que se erigió como defensor en solitario en sus primeros días como vigilante nocturno antes de que fuera llamado a las filas de la Sociedad de la Justicia. Una historia que versará sobre cómo el Dr. Medianoche echa una mano a la policía de la ciudad en un caso de un asesino en serie que sigue las mismas pautas que un vampiro. Escrita por JT Krul, un guionista que compagina su trabajo en el cómic con sus labores habituales en el cine y la televisión, enfrenta a un hombre que cree firmemente en que la ciencia tiene todas las respuestas para todo con el mito y la superstición que supone la existencia de los vampiros. Parte de una premisa interesantísima, un personaje al que no estoy muy acostumbrado a ver con muchas dudas, aunque falla en el transcurrir de la historia, pues parece que la imperiosa necesidad de condensar toda la línea de investigación que lleva a cabo Pieter, obliga a Krul a dar pequeños saltos que confunden al lector y hacen que éste no llegue a meterse dentro de la historia en su lectura.

El primero de los dibujantes que encontraremos es Alex Sánchez, que hae un trabajo muy acorde con el transfondo vampírico que envuelve al protagonista y los lugares en los que se tiene que mover a medida que sus pesquisas van dando resultados. Quizá me ha parecido un tanto exagerado en algunas expresiones y falto de detalle en alguna que otra viñeta. Con un estilo un tanto incómodo para la lectura, quizá le haya fallado el enfoque de la historia (que sigue siendo de superhéroes, a pesar de que intente mezclar la temática con otra cosa). En mi opinión, es el peor arco contenido en el tomo, luego va a mejor.

En cuanto al breve relato sobre Alan Scott, es Tony Bedard (del cual, actualmente, estoy leyendo su etapa en Los Exiliados publicada en tomos por Panini en nuestro país) el que se encarga de escribir una historia en la que Green Lantern vuelve a reencontrarse con un villano que apareciera en la Edad de Oro del cómic y que parecía olvidado hasta nuestros días, hasta que Bedard ha decidido volver a echar mano de él. Johnny Mimic es un ex-villano retirado con unos extraños poderes metahumanos que le permiten recrear, al detalle, cualquier robo, y dar con los errores que dieron al fracaso de éste. En esta ocasión, el Green Lantern original deberá pedirle su ayuda muchos años después para que sea capaz de explicar cómo alguien ha podido robar un objeto poderosísimo de una de las bases gubernamentales de S.H.A.D.E. Por cierto, un gran guiño a la historia de este Universo DC trastocado por una reciente Crisis Infinita en la que todos recuerdan sus vidas anteriores a la Crisis en Tierras Infinitas original.

El dibujante encargado de poner en viñetas los guiones de Tony Bedard es Dennis Calero, otro de los artistas cuyo trazo y estilo es tan característico suyo como inconfundible a la vista de un lector con rodaje. Los lápices realistas de Calero quedan a la perfección con un veterano Alan Scott, pero sorpenden gratamente cuando el invento robado empieza a hacer de las suyas. Visualmente, es una parte de este tomo a un gran nivel, a parte de que la historia tiene muchos guiños a la década de los '40-'50 que son para guardar.

El último arco es el mejor de los tres, sin duda alguna. Todo comienza con Wildcat luchando en plena calle contra Sportmaster, un villano de segunda fila que se ha cruzado en multitud de ocasiones con la JSA o con cualquiera de los héroes DC y que siempre ha salido derrotado. Sin embargo, en esta ocasión, Ted Grant descubre un boleto de apuestas perteneciente al villano, con lo que decide ponerse manos a la obra en una investigación que le llega a una casa de apuestas en la que, en vez de lotería, carreas de caballos u otro tipo de deporte, son las peleas entre héroes y villanos las que sirven para que se apueste por uno u otro bando. Una idea que surge de Frak Tieri y que hace que Wildcat reuerde su juventud, en la época en la que comenzaba a entrenar como boxeador y explota la relación con su padre, un adicto al juego. De esta forma, tenemos una historia a caballo entre una aventura en solitario de uno de los miembros más veteranos de toda la JSA, y una reflexión acerca de os problemas que puede ocasionar el estar enganchado al juego.

Es en el apartado gráfico donde hay que achacarle las mayores pegas. Un último arco argumental compuesto de sólo dos números USA cuenta con un dibujante distinto para cada uno: Matt Haley primero, y Gordon Purcell después. En sí, la coordinación está bien hecha, por lo que el salto entre uno y otro no se aprecia prácticamente nada, aunque sí que se nota que Haley se encuentra mucho más suelto, logrando unos resultados muchísimo mejores que los de su sucesor, en las escenas en las que le toca dibujar los flashbacks de Ted, tanto de su carrera como boxeador como de su relación con su padre. Con ello, no quiero desmerecer el trabajo de Purcell, que firma unas últimas páginas ciertamente buenas.

En conclusión, me ha gustado mucho que en este sexto tomo se vuelva a lo que ya vimos en el cuarto, historias cortas y en solitario de diversos miembros de la Sociedad de la Justicia. El baile de dibujantes juega en su contra, pues no es muy agradable el ir cambiando de estilo cada poco tiempo mientras estamos leyendo. Por otro lado, y en cuanto a la edición, el editor de Planeta por fin ha tomado la decisión de ponerle un título a los tomos (y no se queda como algo puntual como en el volumen anterior). En líneas generales, una buena lectura para todos los fans del Universo DC y la JSA, va de menos a más y acaba de forma espectacular y emotiva.

7/10

Reseñas relacionadas:
JSA: Clasificado #5
JSA: Clasificado #4
JSA: Clasificado #3
JLA: Clasificado #5
Green Lantern: Renacimiento

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails