27 de septiembre de 2008

Reseña: Lobezno - Evolución

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Título en España: Lobezno: Evolución
Título en EEUU: Wolverine vol.3 nº50 & Wolverine vol.3 nº51 & Wolverine vol.3 nº52 & Wolverine vol.3 nº53 & Wolverine vol.3 nº54 & Wolverine vol.3 nº55
Formato: Tomo, tapas rústicas con solapas, formato 100% Marvel, 160 páginas, color.
Precio: 13.00 €
Editorial: Panini Cómics

Reseña:

El lector y coleccionista de cómics suele ser no sólo un completista sino también fan de ciertos personajes o líneas editoriales de las cuales no puede evitar comprar casi todo lo que salga acerca de ellos. A me me ocurre con casi todo lo que tiene que ver con los mutantes de Marvel. Empecé a coleccionar tebeos gracias a ellos, y siento que me falta algo si me dejo sin leer algún cómic que esté dentro de la continuidad, digamos, "oficial". Esto mismo me ha pasado con "Lobezno: Evolución". Las críticas eran todas desfavorables, pero yo me lo compré, lo añadí a mi pila de lecturas pendientes y ahora le ha llegado el turno.

La razón por la que Marvel decide sacar un arco argumental especial y destacarlo del resto de la serie regular del mutante de las garras de adamantium es que se llegaba a la redonda cifra del número 50 (eso sí, en el tercer volumen estadounidense). Para tan significativo momento, en La Casa de las Ideas aprovecharon que acababan de fichar a uno de los guionistas con más renombre en el panorama comiquero actual, Jeph Loeb, y lo acompañaron (como se acostumbra en estos casos) de un dibujantes que diera que hablar, de alguien que, si bien su nombre aún no se incluye dentro de los "grandes" del género, sí que es uno de los mejores artistas libres para hacerse cargo del encargo, el italiano Simone Bianchi. La mera presencia de Loeb ya hace prever que el resultado no será, ni de lejos, satisfactorio. Pero ya lo he comentado más arriba, yo sigo la colección de Lobezno desde hace años, no cubrir un vació que existía en ella por no tener este tomo me parecía absurdo. No debí haberlo hecho.

Básicamente, el argumento de Loeb consiste en un Lobezno con manía persecutoria que empieza a tener visiones o flashbacks de vidas que él no ha vivido y de las cuales no tendremos explicación hasta el final de la historia. Eso se intercalará en una constante pelea sangrienta entre Logan y su mayor enemigo, Víctor Creed, más conocido como Dientes de Sable, y con un viaje que llevará al protagonista por diversos escenario cuya aparición en el tomo es muy gratuita. Uno de los mayores defectos de Jeph Loeb es que es incapaz de concebir una historia sin cargarla de viajes por el mundo y de personajes secundarios fácilmente reconocibles por el lector cuya función principal es la de hacer de comparsa a lo poco que se cuenta en cada capítulo (de los seis que son en total). Peleas entre Lobezno y Dientes de Sable hemos leído en multitud de ocasiones, e incluso especialmente sangrientas. Quizá el encanto de este encuentro es que ambos personajes están tan igualados y son tan parecidos, y a la vez tan distintos que cada vez que cruzan sus garras puede dar lugar a un cambio, sobre todo psicológico, en héroe y villano. Pero lo que aquí hace Loeb es confuso, precipitado y, al final, acabas teniendo la sensación de que la historia del nuevo enemigo que se peretende presentar, "Rómulo" y la lucha entre Lobezno y Dientes de Sable se podrían haber mostrado en dos partes distintas porque la conexión entre ambas parece hasta casual del modo en el que Loeb soluciona el asunto. Y eso sí, tratándose de un escritor que cuenta con el beneplácito de la plana mayor de Marvel, el final debía quedar bien marcado en la retina de los lectores.

Si optase por ser optimista, he de reconocer que los dibujos de Bianchi son para quitarse el sombrero. El dibujante italiano nos brinda unas páginas que quedarán para la posteridad como uno de los mejores artistas que han pasado por las erie regular de Lobezno (la cual, en el volumen actual que está publicando Panini en nuestro país, lleva un nivel gráfico bastante bajo). Parece que Bianchi tiene libertad creativa en todo momento, y se vale de todas las splashpages que necesita para rememorar tantos flashbacks como sufre Lobezno en sus ensoñaciones. Incluso, a medida que avanza el tomo, abusará de ellos para presentar a ciertos peronajes que vayan entrando en la trama o simplemente, reflejar la brutalidad entre la lucha que está teniendo lugar entre Lobezno y Dientes de Sable. Lo mejor que tiene Bianchi es su gran conocimiento de la anatomía humana y el realismo que siempre persigue en cada uno de sus trabajos, en cada una de sus viñetas. Algunas veces este factor juega en su contra, si lo que le toca dibujar es demasiado fantástico y colorido, desentona muchísimo de su estilo, oscuro y realista. Quizá otro tipo de historia le hubiera venido mucho mejor, pero aún así, el dibujante cumple perfectamente con lo que se le exige, justo todo lo contrario de lo que ocurre con el guionista.

En cuanto a la edición, Panini, en una decisión que no llego a entender, saca este arco argumental de la serie regular en formato comic-book (o "grapa", de toda la vida) para ofrecernos un tomo en formato 100% Marvel con un precio más elevado por número USA. La verdad es que los dibujos de Bianchi lucen a las mil maravillas en este papel, pero todos los que conocemos este tipo de tomo sabemos lo delicada que puede llegar a ser la encuadernación, y tantas páginas dobles como hay, resultan un poco extrañas en nuestras manos (lo que no pasaría si hubiera salido en el formato habitual).

En definitiva, huid de él. No se lo puedo recomentar ni a los grandes fans de Lobezno, ni a los de los mutantes marvelitas (como yo), ni a los que esperen disfrutar con las ilustraciones de Simone Bianchi (ya tendréis otras oportunidades más adelante con los futuros trabajos del italiano para Marvel), pues sobra decir que los tres puntitos de la nota son por el dibujo. Es uno de los peores cómics del año, y sólo deja algo bueno, la idea de Rómulo (y sólo de él, no toda esa teoría absurda que se baraja desde la mitad del tomo), que puede ser explotado por otro mejor guionista que conozca mejor al personaje y se preocupe más por el resultado final que le llega al lector.

3/10

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