28 de junio de 2009

Las 20 series de dibujos animados que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños [IV]: D'Artacan y los Tres Mosqueperros

Estamos ante la serie que tiene la culpa de que muchos de los que crecimos viendo las reposiciones de estos dibujos animados (yo soy mucho más joven que esta serie, todo sea dicho de paso), llamásemos al libro de Alejandro Dumas (y, ya de paso, a las películas basadas en él) como "Los Tres Mosqueperros" en vez de "mosqueteros". La verdad es que seguro que hubiera tenido mucho más éxito si en la idea original también hubiesen sido perros en vez de francesitos...



"D'Artacan y los Tres Mosqueperros" es una de las series más completas de la hiostoria de la televisión. Tiene de todo, una historia de amor con D'Artacan y Juliette (la cual estamos casi seguros de que no es la misma que la de la canción de Platero y Tú, porque luego tienen hijos, pero no podemos asegurar nada porque en los ochenta cualquier cosa era posible, y en la canción la llamaban Julieta pero a veces la llamaban en la serie Juliette y era un churro), acción a raudales con los Mosqueperros luchando contra los malos, la historia de superación de D'Artacan que va volviéndose cada vez más y más respetado entre sus compañeros... ¡y la historia del saiyano de la leyenda! Bueno, o de algo parecido, porque D'Artacan tenía un superpoder que era muy sencillo: cuando se cabreaba, le entraba la mala leche y se le ponía el hocico rojo, porque era como una digievolución, y se volvía más poderoso. Para que os hagáis una idea, era como cuando en el Final Fantasy IX te entra el Trance a uno de los personajes y te vuelves loco por un instante pegando unas técnicas del copón de fuertes. Y eso que D'Artacan era un pipiolo buenazo, pero se le hinchaban los huevos y no había quien le tosiera o tosiese.

Para ser una serie de dibujos animados, siempre me sorprendió, hasta cuando yo era pequeño, que los Mosqueperros mataran a sus enemigos. Yo que creía que el matar a los malos sólo pasaba en las series japonesas, y en ésta, que es casi española, pues los perros protagonistas no dudan en clavarle la espada a los guardias al menor momento en el que estos bajan la guardia. Pero yo los entiendo, es que los creadores de la serie metieron a unos enemigos que sacaban de quicio hasta al más cuerdo. El Cardenal Richelieu era un grandioso cabronazo que contribuía en buena forma para que le cogieras manía a los cardenales de la realiad. Pero qué tío más malo, era más malo que la quina, más malo que Dragon Ball Evolution (que no la he visto, pero no me hace falta haberlo hecho para decirlo), y encima era un falso que se dedicaba a manipular a sus lacayos para que le hicieran el trabajo. Había uno que era un perro pero parecía un zorro, otro era tuerto y otro era un chulo gordo que seguro que se iba a hacer la ruta del bacalao cada vez que terminaba los rodajes de la serie. Como si lo estuviera viendo, es que son todos iguales.

El ratoncillo de la izquierda es Pom, el graciosillo de la panda. En los noventa era el actor negro graciosete y en los ochenta era un ratón con salero.

Los amiguetes de D'Artacan eran de lo mejorcico. Primero estaba Dogos, el típico amigo que estaba un poco fanegas y que le venía la espada pequeña pero que era igualmente un bonachón y tenía una fuerza descomunal. Luego teníamos a Pontos, que era el que más molaba, porque era un perro así seriote y con muy mala leche pero que era el más profesional. Alguna vez me hubiera gustado que soltara en mitad de la batalla la frase "soy el mejor en lo que hago", pero no hubo suerte. El último era Amis, el típico especialista en ligar con mujeres y que venía en todos los muñecos con una flor en la mano preparada para dársela a cualquier ¡¿perra?! que se cruzara o cruzase en su camino. Hacedme caso, niños-creyentes que os leéis este blog, esta técnica no funciona. Repito: no funciona. No perdáis el tiempo cortando flores de los jardines de vuestro pueblo y dándoselos a las chicas que os gusten porque eso sólo le funcionaba a Amis que tenía una verborrea el tío que las engatusaba a todas.

La serie sólo dura 26 capítulos, pero es completamente necesario que la veais al menos una vez del tirón, porque tiene capítulos que son realmente geniales como cuando derrotan a uno de los enemigos y los guionistas tienen que colar a otro (me imagino a los dibujantes haciendo modelos nuevos deprisa y corriendo porque a los de los guiones se les ocurrió dar un paso adelante con matar malos), o la vez en la que los Mosqueperros se hacen amigos de Robin Hood, que luchan y todo contra él, qué espectáculo. Vamos, que no sé a qué esperáis para no empezara buscarla y verla a la voz de ya.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Diooooooooooooooooooooooooos me encanta!!! La verdad que poddrías seguir así. Esta serie si merece la pena verla, molaba cuando se le ponía la nariz to roja a Dartacán y eso. Lo que si que no me acuerdo es si era esta serie en la que salía Dartacán con hijos o era una continuación de esta serie, pero a fin de cuentas, esta serie mola.

Miguel Negrillo dijo...

Hombre José Carlos, sabía que te iba a gustar esta serie. No es aquí donde salían los hijos de D'artacán y Julieta pero, en honor a nuestra infancia, ¡deben estar dentro de la continuiad personal de cada uno!

Venga, una pista para la siguiente que sé que os mola: temática deportiva ;)

Unknown dijo...

Visto que Oliver y Benji me parece demasiado obvia para el domingo por lo de temática deportiva, se me ocurren otras cuantas conocidas, como los perros estos que jugaban al baloncesto que no me acuerdo como se llamaba la serie esa, pero que me la tragaba to el día. Espero y sea buena xD.

Miguel Negrillo dijo...

La serie de los perros jugando al baloncesto es Basket Fever aunque el señor narrador (o un subtítulo en español o algo así, no lo reucerdo bien) decía Locos por el Basket

¿Será esa? Yo no digo nada, que luego... todo se sabe.

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