4 de noviembre de 2009

Reseña: Tomorrow Stories vol.1

Tu tienda de cómics en Ciudad Real

Título en España: Tomorrow Stories vol.1
Título en EEUU: Tomorrow Stories vol.1 USA
Formato: Tomo tapas cartoné, 176 páginas, color.
Precio: 16,00 €
Editorial: Norma Editorial

Reseña:

Norma Editorial continúa editando en nuestro país todo el material posible de las obras de Alan Moore bajo el sello de America´s Best Comics. Ya pudimos leer la genial maxiserie que es "Top 10" y, hace unos meses, vimos los finales de las series regulares de "Promethea" y "Tom Strong". Ahora le toca el turno a "Tomorrow Stories" que sale publicado en un formato similar al de las dos últimas colecciones que he nombrado.

El hecho de que Alan Moore hace en ABC lo que le viene en gana es algo largamente conocido. Cerró dos etapas muy buenas en dos colecciones tan complejas como fueron "Tom Strong" y "Promethea" pero, en 1999 continuó un poco más en los guiones de este sello editorial apostando, en esta ocasión, por una nueva fórmula, la de los relatos cortos de varios protagonistas diferentes que rellenarían números USA completos. En total, tenemos cinco miniseries que se desarrollan a lo largo de seis capítulos que se corresponden con los seis primeros números de la serie regular americana. Por supuesto, la variedad es lo que impera, aunque el toque de Moore está siempre presente tanto en la índole de las historias que se cuentan (su particular visión de la ciencia ficción, las connotaciones eróticas y sexuales de muchos personajes, la constante alusión a clásicos del cómic, etcétera), como en los personajes se pasean por las páginas de "Tomorrow Stories".

Rodeando todas las historias breves, hay una continuidad que se respeta hasta tal punto que, por cada capítulo hay tres o cuatro relatos de cada miniserie y, en un momento dado, se anuncia un cambio de miniserie para la que, incluso, hay un capítulo de interludio en el que, ni la anterior, ni la nueva aparecen. Además, como principal característica es que, cada miniserie tiene su propio dibujante, que se mantiene a lo largo de toda la andadura del personaje, variando cada artista su estilo según las exigencias del guión.

Comenzaremos conociendo a Jack B. Quick, un niño superdotado que vive en una granja al lado de uno de esos pueblos de campo tan característicos de Estados Unidos. Sin embargo, la actitud que muestran los personajes secundarios ante los inventos y avances científicos que se saca de la manga el chaval, es la mar de extraño. Todos los vecinos de Queerwater Creek ven con una completa naturalidad que Jack trastoque y juegue con las leyes de la física siempre que tenga una gran idea para mejorar la vida en su granja o en su pueblo, o para indagar acerca de una inquietud que le haya surgido. Dentro de cada historia, Moore siempre deja alguna perla, como pequeñas bromas sobre los padres de Jack, o la típica visita del chico al alcalde cada vez que hace una trastada que sume al pueblo en una crisis. A mí, sinceramente esta parte es la que más me ha gustado de todo el tomo, y se repiten muchas de las bromas habituales sobre el espacio-tiempo que mete Moore en sus colecciones "más serias". El cocreador de Jack B. Quick es Kevin Nowlan, con un estilo realista y sencillo, con composiciones de página muy clásicas que logra llegar al lector muy fácilmente.

En segundo lugar, tenemos a Greyshirt, un investigador privado en la ciudad de Indigo que colabora con la policía de dicha ciudad para capturar a los criminales. Greyshirt tiene un parecido razonable con "The Spirit" obra de Will Eisner, no sólo en su aspecto, sino también en la atmósfera que envuelve las acciones de este detective, aunque todo lo que tiene que ver con esta versión de Alan Moore es más oscuro que con el detective de Eisner. Sin lugar a dudas, las aventuras de Greyshirt me parecen lo mejor de todo este primer volumen, ya que Moore utiliza al personaje más que como el protagonista como una excusa para contar la historia que le toca contar en cada momento. Por ejemplo, hay un capítulo en el cual, cada viñeta de la página ocurre en un momento del tiempo diferente, y vamos comprobando cómo va avanzando la vida para unos personajes completamente secundarios que no aparecerán por estas páginas más que en ese capítulo. La aparición de Greyshirt no será más que el detonante para el final. A los láices tenemos a Rick Veitch, el cual contribuye en gran medida a que las aventuras de Greyshirt sean tan oscuras, además de que tiene un trabajo razonablemente complicado al tener que variar, en menor grado, su arte para adaptarse a cómo Moore desea contar la historia.

De una versión de "The Spirit", pasamos a la enésima versión del Capitán América que Alan Moore incluye en un cómic suyo. En este caso, el héroe nacional estadounidense recibe el nombre de The First American, y va acompañado de una sidekick llamada U.S.Angel, la cual dará lugar a infinidad de bromas acerca de la relación con su jefe y su cuestionable edad para combatir el crimen. Esta miniserie es la que menor grado de seriedad tiene de todas, pues ambos protagonistas se pasan el cómic haciendo comentarios que revelan que son conscientes de que son personajes de cómic, aludiendo al número de viñetas que quedan para el final de la historia, por ejemplo. Las amenazas contra las que luchan First American y U.S.Angel, son de lo más absurdo, desde el recurrido tema de los viajes en el tiempo que tanto le gusta a Moore, hasta ser ellos los encargados de protagonizar el especial navideño. En este caso, el dibujante es Jim Baikie, que sigue, más o menos, la línea marcada por el resto de los artistas que he comentado hasta ahora. Quizá un tanto más simplista aún que Nowlan, pero efectivo, al fin y al cabo en la realización de su tarea.

La obra más diferente de todas es la protagonizada por The Cobweb, una vigilante nocturna acompañada de una chófer que le hace las veces de ayudante en sus hazañas. Además, Moore echa mano de la forma de narración que utilizó en "Lost Girls" (aunque dejando a un lado el sexo explícito), haciendo que su, ahora ya, mujer (y dibujante también de "Lost Girls"), Melinda Gebbie, tenga que pasar de hacer un cómic clásico a utilizar técnicas poco habituales para narrar historias ocurridas en el pasado, o incluso ilustrar largos textos escritos por su marido. Siempre quedan evidentes las inclinaciones sexuales de The Cobweb y se da a entender una relación extra-profesional con Clarice, su ayudante. Dentro de todo, la mayor variedad de temáticas y de historias posible queda reservada para esta miniserie, aunque a mí, casi siempre, me ha aburrido en sobremanera.

Por último, tenemos la aparición del quinto personaje, que debutará en el último capítulo, Splash Brannigan, un loco héroe urbano con un absurdo origen, siguiendo la línea y la costumbre de Moore de incluir siempre algún personaje caricaturesco con respecto a los cómics, tanto clásicos como más actuales. Splash Brannigan es un superhéroe hecho de una tinta mágica que se encuentra con una dibujante novata en una editorial de cómic americana. El tono de esta miniserie es más bien humorístico, aunque hay poco que contar de ella, pues el único capítulo que se puede leer en este tomo tiene muy pocas páginas. Eso sí, en los dibujos, tenemos el estilo caricaturesco de Hilary Barta, que nos sirve para comprobar, desde el primer vistazo que se trata un cómic exagerado y humorístico más que de superhéroes.

En definitiva, una obra con el inconfundible toque de Alan Moore, se puede percibir desde el primer momento las características a las que nos tiene acostumbrados el Maestro del Noveno Arte. Sin embargo, el propio concepto del cómic hace que sea un tanto extraño leerlo, lo que no hace que te enganches desde el principio. Pasas un buen rato y es una lectura más bien casual. Me intriga ver por dónde irán los tiros en la segunda mitad de la serie (consta de 12 números USA).

7/10
(Chanante)
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