5 de septiembre de 2010

Las 20 series de televisión que deberías ver si eres lector de Cabronos Extraños [VI]: El Coche Fantástico

En nuestras sexta entrega nos toca acordarnos de uno de las creaciones más grandes que jamás han salido de la mente humana, El Coche Fantástico, KITT, que era un coche inteligente conducido por David Hasselhoff. Si estas no son razones suficientes para afirmar que estamos ante el vehículo definitivo, que venga Chuck Norris y lo vea.



La serie la veíamos de chiquitillos en La 1 de TVE, aunque en los últimos años lo han estado echando también en Castilla-La Mancha TV, nuestro canal autonómico (blog manchego, recordad). La verdad es que yo alucinaba en tecnicolor cuando veía al bueno de David Hasselhoff (cuyo nombre en la serie era Michael Knight, y yo seguía llamándolo incluso cuando salía en Los Vigilante de la Playa) llamar a su coche y éste aparecía estuviera donde estuviese con sus lucecicas rojas de delante. Imagino que esas luces se las pusieron en Idustrias Knight (las cuales siempre sospeché que eran una filial independiente de Industrias Wayne), para diferenciar si la CPU del coche estaba "pensando" o no, porque eso lo copiaron y se lo pusieron a los ordenadores viejunos, que se encendía una luz roja al lado de donde ponía "CPU" y si apagabas el ordenador, se rompía.

KITT, que así llamaba Michael Knight al coche, como personaje, es el típico amigo del protagonista que siempre lo tiene que sacar del apuro y que hace los chistecillos de vez en cuando para sacarle los colores al guapo deturno. ¡A ver qué hombre puede competir con un coche que se conduce solo! Es imposible. ¿Y las armas? Anda que no tenía cosas el coche ése, que parecía el coche del Inspector Gadget pero sin ser una serie aburrida. Eso sí, monotemática sí que era, porque en todos los capítulos pasaba lo mismo. Se conoce que la juventud de los ochenta era incapaz de seguir durante una hora un argumento un poco elaborado y se lo repetían hasta la saciedad: el jefe de Michael Knight lo llamaba, le mandaba una misión para que hiciera junto con el coche, pasaban algunas aventuras, persecuciones, incercambio de tiros y patás, y asunto arreglado.

Lo más chulo es que KITT tenía sus propios mecánicos, que eso tiene que dar gusto. Es como Cristiano Ronaldo y sus médicos, que le pasa cualquier cosa y va a los de Sanitas, "oye, que me duele la cabeza, dame algo", y lo apañan en un instante. Pues KITT era parecido, "Michael, llévame donde Bonnie, flirtea un rato con ella y que me metan mano en el capó ella y el otro". Así se tenía que pasar unas tardes el jodío coche, que ni pa' qué.

Y anda que no tiene que ser útil eso de que el coche te diga: "estoy con las ruedas un poco bajas de presión, méteme un poco de aire", o "pierdo aceite, antes he visto pasar Seat León y me he puesto burrote". Y eso que KITT era un Pontiac Firebird, un coche viejuno, viejuno, pero con tantas cosas que llevaba por dentro, era más listo que algunos de mis compañeros del cole. Incluso más listo que casi todos mis compañeros de carrera o, al menos, más espabilado.

¿Y los viajes largos? Te aburres, pones Tiempo de Juego, y vas comentando la jornada de Liga con el coche, o rajas de Fernando Alonso, porque seguro que los coches tienen mucha idea de Fórmula 1. ¿Qué opinaría KITT sobre Alonso? Seguro que no le cae bien, con la de veces que se ha piñado y ha destrozado el coche le tiene que tener una manía enorme.

Si aún no has visto El Coche Fantástico, ya sabes lo que tienes que hacer, ¡requisito imprescindible!

2 comentarios:

Anwar El Maatawy dijo...

Esta serie es mítica, además que le dá mil vueltas al remake que se hizo hace poco que fue tan malo que lo cancelaron

Saludos

Miguel Negrillo dijo...

No vi el remake, así que no puedo hablar de él. Eso sí, si no salía David Hasselhoff, seguro que fue una bacalá infame.

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